Un tiempo en el que los niños nacían en hermosas macetas de barro rojo.
Cinco mujeres detenidas en la lluvia.
Y vos, la visita más esperada para que todo comience de nuevo. Si tal cosa es posible.

Regalo de despedida

Entender que la obsesión se comparte y la poesía está presente de muchas maneras.

Encontramos este clip entre los trabajos de un cada vez más brillante, Nacho Masllorens. Lo adoptamos y acá queda, como un regalo más. Para nosotras, para ustedes. Un punto y seguido en nuestra historia de lluvia que no deja de escribirse.

Una vez más, gracias a todos los que nos acompañaron.

la lluvia y otras cigüeñas
octubre, 2010.

Este domingo, 26 de septiembre, última función.

Hasta acá llegamos.

Gracias por hacerlo posible.

Cuenta atrás y nuevo comentario

Nos quedan pocas funciones. Tres domingos más y le pondremos punto... ¿y aparte? ¿final? a este proyecto que tantas gratificaciones nos ha dado. Os invitamos a todos a que nos conozcáis en las próximas semanas. Nunca se sabe, quizá os sorprendamos.

Alejandra Maula, estuvo hace unas horas con nosotras y ya nos escribió. Muchísimas gracias.

***

Delicada y hasta exquisita puesta intimista, en la que cada detalle está pensado y cuidado, con reminiscencias a la poética de Isabel Allende; que recorre el pequeño universo de la mujer. Sus rutinas, sus temores, sus odios, sus delicadezas, fantasías y locuras. El amor, a la vista y al oído de las canciones amablemente vocalizadas y de los juegos de las horas de alegría.


Colores, texturas, objetos, sabores y perfumes, sonidos, claramente recortados por una iluminación adecuada y por silencios justos.

Actuaciones bien ajustadas. Dirección clara.

Bella, poética y suave.

Innocence



Dir. Lucile Hadzihalilovic, 2004.

Desgraciadamente no todas las películas se conocen a tiempo pero esta, sin duda, es una de las que asumimos e incorporamos como guía. Toda una experiencia estética.

De nuevo, los principios

Queremos agradecer una vez más a todos aquellos que nos están acompañando en este tramo del camino. Todas y cada una de las devoluciones acá mostradas, implican que uno de ustedes vino a vernos, se dejó llevar por la propuesta, y se tomó la molestia de quedarse pensando en eso, sentarse y escribirnos un tiempo después sobre su propia experiencia. Esa dedicación es fundamental en este proceso de apertura del trabajo. Nos mostramos para eso. Y saber que lo conseguimos, que ustedes vinieron y pensaron, se emocionaron, recordaron algo... es nuestro mayor éxito.

En estos días nos hablaron sobre la necesidad de hacer algo para que el público nos "siga más". En dos sentidos: por un lado, dentro de la propia obra, lograr que el texto sea un poco menos omnipresente, más penetrable. Por otro, apelar a otro tipo de recursos para convocar público. Después de hablarlo, pensarlo y volverlo a pensar, nos vemos en la obligación, para con nosotras mismas y para los que nos acompañan cada domingo en este proyecto, de compartir con todos ciertas certezas:

* la lluvia y otras cigüeñas, nació como propuesta minoritaría e intimista que ahonda en cuestiones bastante insostenibles en escena: el texto poético, la narración de algo ya pasado, la lentitud, el silencio, la pausa, la monocordia como clima sostenido que se rompe puntualmente para recuperarlo con mayor intensidad, la melancolía femenina como estado digno de explorar y contemplarse y, sí, también la solemnidad y la ritualidad. Todo eso debe hacerse presente sin molestar ni aburrir al público. Pero, con semejantes ingredientes, nuestra búsqueda no pasa por "entretener", aspiramos a que su presencia, cada visita, sea un pequeño viaje a un universo femenino tan concreto como simbólico. Quizá se despierte su curiosidad por lo ritual, por ese mundo extraño al que se alude y que deben imaginarse. Quizá se enganchen con los olores, las acciones, los objetos. Algunos disfrutarán del texto hecho relato para ellos. Otros se dormirán. Todo nos sirve. Ustedes nos visitan y nosotras exploramos los límites de nuestra propuesta. Ni nuestra paciencia ni la suya, por suerte, son idénticas.

* Pese a que Buenos Aires sea una ciudad bendecida con el consumo masivo de teatro, algo insólito en gran parte del planeta, por más que se nos olvide constantemente y todo sean quejas por exceso... No es posible que todas las obras alcancen ese lugar en el que "suenan", para bien o para mal. Hay muchas obras terribles que mueven masas, obras interesantes que pasan desapercibidas y auténticos castigos que vaya una a saber cómo encontraron sala. Se puede hacer muy bien el mal y muy mal el bien.

Hay elencos dispuestos a pagar un seguro se sala que excede su taquilla, los hay que pagan para que les hagan notas de prensa, y la práctica habitual de un tiempo a esta parte, es que se trabaje con un "hacedor de prensa". Todos esos recursos supuestamente, están encaminados a que las obras duren en cartel. Empecinadas en mantener cierta lógica con nuestros principios, no practicamos ninguna de esas opciones por considerarlas esencialmente absurdas. No tenemos ni la paciencia ni la plata necesaria para esos menesteres y creemos firmemente que si el boca a boca no abre las primeras puertas, no habrá dinamita que nos sirva. Nuestro trabajo está hecho del mejor de los modos posibles. Toda la parafernalia alrededor forma parte del mundo teatral, pero no es teatro. Y, por ahora, podemos permitirnos el lujo de que no nos importe.


M. Trigo.

Importante devolución de la semana

Maday Méndez nos acompañó este domingo y nos escribió esta síntesis de su vivencia. Muchas gracias.

***

Nada se repite. Nada. No hay trucos. El teatro no se imita a sí mismo. Ellas están vivas, todo es real. Todo sucede. Sucedió y ahora pasa se vuelta en una suerte de magia de los sentidos, de los recuerdos, de cosas que existen y cosas que no existieron nunca, sólo ahí, en ese momento, sólo en ese universo creado con manos delicadas, con almas ricas, generosas, locas… con pensamientos oscuros, bellos, carnales… en definitiva, reales.


La acción llega, las mueve, y sí, la poesía también, como modo de expresión, siendo eso: palabras -evocadoras, disparadoras de universos propios y ajenos-, palabras que conforman un lenguaje, un código; pero sobre todo palabras llenas de para qué, de por qué, de deseos, necesidad, luchas y anhelos. Palabras, objetos, actividades y actrices que dibujan un clima, un ritmo, un lugar en el tiempo que uno no sabe si reconoce o no, pero que le pertenece, le golpea y le acuna.

En esta obrita (como ellas la llaman) el teatro no se imita a sí mismo. Se encuentra, se crea, se imagina. Huele a búsqueda y a ritual. Cómo juntar lo sagrado y lo concreto en el teatro… Cómo dejar que el teatro sea teatro y no la vida misma, aunque respire. Cómo hacer para ser en el arte, en el escenario. El teatro no es la vida por más que hable de ella; es un lugar de encuentro, un lugar donde todo el trabajo previo de búsqueda e inspiración de quienes lo ejecutan pone lo suyo para que uno mire hacia sus adentros y vuele lejos con cada movimiento, con cada objeto, con cada acción de esas mujeres que sostienen allá adentro sus contradicciones y su humanidad. Necesitaba recordarme todas estas cosas, ver un teatro vivo, pero también sagrado; sentir durante y antes de que comience la función (vayan y lo entenderán) un profundo respeto y la sensación de estar viviendo un momento único.

La lluvia y otras cigüeñas fue un viaje movilizador; terrible y hermoso. Muchas gracias a todas por eso y por la inspiración.

Siguen llegando...

Siguen llegando comentarios, devoluciones, y en este caso, un texto a partir de las sensaciones de la obra.

Juan Gago nos escribió:

Cómo lograr la libertad entre cuatro paredes (de este cuerpo).


Empiezo escribiendo decididamente al azar. No tengo plan, lo único que tengo es una idea: la libertad se concibe siempre desde una prisión: si, todos son "cuadernos desde la cárcel". Cárceles fragmentadas, diversas, reales o tácitas. Pienso, muchas veces en forma de aforismo "el malestar de los hombres sobreviene a una condena, a cualquier condena". La de nuestros cuerpos, la del alma que algunos días pesa sobre el pecho, la de los recuerdos, la de los amores. Qué es la libertad sino el librarnos de esas condenas? No sufras, es sólo una ilusión diría buda. Pero sobre esas (estas) paredes también escribí versos, me acostumbre a ver las luces y las sombras, descubrí dibujos en sus imperfecciones. Sé que las extrañaría. "En algún lugar del universo hay otra persona (otras, infinitas, quizá la misma), en una celda idéntica, mirando los mismos dibujos de las sombras sobre las cosas". Es verdad, le escribo una carta, no me contesta, deduzco que esa persona no existe (me pregunto si no me habrán llegado tantas cartas que no conteste). La libertad se encuentra entre cuatro paredes, la de este cuerpo, las de este mundo. Espero no haber olvidado la idea del principio, la de las prisiones, la de las celdas; a veces pasa el rayo de luz por la ventana, a veces creo ver otras cárceles: dan ganas de contarles lo que yo escribo acá en las paredes, de como descubrí que a veces se parecen a mapas). A veces recuerdo (los invento), a veces rezo. Otras veces escribo estos cuadernos desde la cárcel y me pregunto (me contesto) cien veces cómo lograr la libertad entre cuatro paredes.

¡Cambiamos de horario!

A PARTIR DEL DOMINGO 22 DE AGOSTO, LA FUNCIÓN SERÁ A LAS 19HS.

Os esperamos.

Nota en La luna y el arte

La luna y el Arte es un blog multifacético, dedicado a la difusión de actividades artísticas y culturales. Romi Amodei, responsable del mismo, nos publica esta amable nota. Muchísimas gracias.

http://lalunayelarte.blogspot.com/2010/08/entrevista-macarena-trigo.html

El público dice...

Como anunciamos desde el principio, las devoluciones del público son muy importantes para nosotras, puesto que son la crítica constructiva que nos hace mejorar. Por otro lado, no tenemos prensa, así que todos los aportes son bienvenidos. Recordamos que pueden escribirnos a cosasdelalluvia@hotmail.com.ar para enviarnos sus comentarios. Muchas gracias.

***

María Beatriz Cernello, nos escribió:

Hola. Les escribo solo para contarles que me encantó la obra. Realmente la disfruté muchísimo, me produjo diversas emociones, por momentos me angustió, en otras ocasiones me enterneció y debo reconocer que en otros pasajes me produjo cierta rabia ante tanta resignación. Además me sentí incorporada en la obra misma por la manera de estar presentada. Muy buena toda la ambientación y el vestuario, realmente además de ser bella estéticamente, daba la impresión que no se les escapó detalle alguno.
En realidad no soy una persona idónea para analizar los diferentes aspectos de una obra de teatro. Sólo quiero transmitirles que la disfruté mucho y a mi entender es una excelente obra, muy bien representada y actuada.

Les deseo lo mejor y espero volver a verlas pronto. Beti.

***
Mercedes Longo Brea, nos escribió:

Cinco mujeres
cocinando lavando ropa
cosiendo ordenando
lavándose la cara y cantando
esas canciones que hechizan

parecen como nosotras

Aunque quizás (no) sean hermanas
aunque quizás sean fantasmas
aunque quizás estén muertas
Dicen no ser bellas
pero son hermosas

Las voy a visitar de nuevo!

Me encantó!
Felicitaciones!

***

Mercedes Longo Brea
Lic. en Artes - UBA
http://www.mercedeslongobrea.blogspot.com/

Ariane Mnouchkine dixit

"Los actores se preparan antes de la entrada del pùblico. El pùblico entra una hora antes del comienzo. Los actores ya están en sus camarines pero ese tiempo es diferente según los actores. Hay quienes son mucho más lentos y comienzan a prepararse más temprano todavía. (...) Ellos hablan. Pero la verdad es que se preparan con un respeto máximo. (...) Creo que reina una suerte de silencio, pero cuando los actores ya quieren hablar, cuando tienen algo que preguntar, lo hacen. Voy a decir que no hay un voto de silencio pero sí existe la necesidad del menor ruido posible.
Por lo menos, existe el menor ruido "inútil" posible. Ruidos inútiles, palabras inútiles, yo diría, casi, gestos inútiles e idas y vueltas inútiles. Pero lo que los actores tienen que hacer, lo hacen. Si tienen que ir a tomar un vaso de agua, van a tomar un vaso de agua. Si ellos tienen que hacer pipí, hacen pipí. Si tienen que decir: "¿Me puedes prestar esto?", lo dicen. De todas maneras (...) un actor no le preguntaría a otro si leyó el diario. Si eso se hiciera se sabe que es un error. Ellos tratan, en la medida de lo posible, que todo lo que se haga, que todo lo que se diga , vaya hacia la preparación misma del público".

J. Féral, Encuentros con el teatro del Sol y Ariane Mnouchkine. Propuestas y trayectoria., Artes del Sur, Bs. As. 2010. p. 48.

Crítica destacada de la semana

"Ni en pedo me dormí, de a ratos tuve miedo y por momentos angustia, pero estuve muy lejos de dormirme".


Muchas gracias.

Segunda función

Siguen llegando comentarios. Transcribimos.

- Mirá, como hombre, pienso que están solas porque quieren. No sé qué les pasó a los hombres, dónde están. Pensaba que por ahí el bebé era el último hombre y qué le harían, no sé.

- ¿Es un internado español? El texto... imposible. La puesta me gustó.

- Se agradece la apuesta por una poética personal, por una propuesta que construye algo original.

- Hay algo como de la guerra civil española, ¿no? Yo pensaba en esas mujeres solas, en los pueblos, esperando el regreso de los hombres.

- Está muy bien trabajado lo de las mujeres antiguas, de otro tiempo. Las acciones...

la pomeña de Chabuca ayer y hoy




“En la casa todos sabían coplear, en especial las mujeres,”, cuenta la mujer, que tuvo 13 hermanos y que, de tanto escuchar y cantar, llego a ganarle al “Barba” Castilla. “Voy pensando las coplas en el cerro, mientras los animales pastan, porque en la casa no se puede. Siempre hay cosas para hacer”, cuenta Eulogia sobre la creación.


Como en aquellos años, ella vive del campo. Y cuenta que ahora está preocupada porque no llueve y la hacienda corre peligro. “Tengo mis chivitas y ovejitas y con mi esposo siempre sembramos algo: papa, arvejas, habas… Por ahí da y por ahí no por falta de agua o por el frío”. Eulogia tiene dos hijas. Una vive en el pueblo y la otra en Salta. “La ciudad es fiera. Me van a sacar muerta de acá. Yo acá no tengo luz ni gas, pero a mis hijos nunca les faltó nada; aunque sea mote les doy. Soy feliz acá en La Poma, m’hijo. ¿Pa qué me voy a quejar?” Nada fue igual desde aquella visita de los poetas trasnochados. La Poma será siempre el pueblo de la Eulogia. La de la zamba bella y la lengua filosa".

Clarín. http://www.clarin.com/espectaculos/musica/coplera-gesto-bella-cancion_0_305969558.html

la lluvia en Saquen una pluma

Acá va un link a una nota sobre el proceso creativo de la obra. Nuestro agradecimiento a Mariana Mazover y Juan Cosín, artífices de Saquen una pluma, proyecto muy interesante de Dramaturgia Rodante.


http://saquenunapluma.wordpress.com/2010/07/27/la-lluvia-y-otras-ciguenas-cronica-creativa-por-macarena-trigo-dramaturga-y-directora/

Primeras impresiones

Como ya anunciamos en su momento, esta obra carece de prensa porque así nos parece que deben ser las cosas en este momento donde no hay pero sí, pero cómo, pero cuánta... vidriera para todos, tantos, muchos... Pues eso. Nosotras optamos por quedarnos quietecitas de este lado y esperar a que el mundo nos visite. Eso sí, estamos muy sinceramente interesadas en las devoluciones de todos y cada uno de vosotros, todos los que cada domingo vengan a nuestra cosa, se lleven nuestra historia. Esta obra supone para todas nosotras una profundización, un alegre descubrimiento sobre la potencia de la palabra, la poesía y la estética en el escenario. Jugamos durante meses, como diosas cualquiera, a crear un mundo nuevo y ahora abrimos sus puertas.

Necesitamos de vuestros comentarios para poder seguir creciendo y para ello habilitamos este email: cosasdelalluvia@hotmail.com.ar

Tenemos la sana intención de dar cabida y, en la medida de lo posible, respuesta a todos aquellos que nos concedan un poco de su tiempo para contarnos cómo la pasaron en nuestra compañía. Desde ya, muchas gracias.

Adelantamos ahora algunas primeras impresiones. Diremos el pecado pero no el pecador, tranquilos.

***

* Tenéis que bancaros que es una apuesta radical y llevarla a fondo.
* Desde luego, es para una minoría. No es sencilla.
* ¿Dónde decís vos que está el humor negro?
* Es apocalíptica. Totalmente apocalíptica y desesperanzadora.
* Está muy bien pero creo que no es justo la obra que necesitaba ver en este momento de mi vida.
* Y cuando dicen eso de "hay un momento en el que todo niño se lastima para siempre"... Terrible. Yo pensé en mis chicos y no, terrible.
* Hay textos hermosos. Por momentos es abrumador todo, pero es hermoso.
* Y terminamos hablando de la guerra civil española hasta las tres de la mañana...
* Aún tienen que bajarlo más a tierra y apostar más por la locura, me parece. Tienen que tenerlos comiendo en la palma de su mano.
* El mundo que se crea es muy potente. Muy denso el clima.
* Las acciones son hermosas.
* Hay mucho de España, sí. Esas casas enormes, viejas, frías... ¡Cría cuervos!
* Qué jodida manía eso de que las actrices tengan que estar todo el tiempo ocupadas para hablar. Está bueno que el texto lo explica porque si no te parece muy caprichoso todo.
* Las chicas están todas muy bien.
* Estéticamente es un viaje. Muy cuidado. Te metés en eso y no se hace largo. Para nada.
* Negra y hermosa.

19 julio.

Posparto

Una de las grandes paradojas de la creación aparece en el momento de mostrar nuestro trabajo. Por breve o largo que sea el proceso, toda obra artística precisa de un otro, de muchos otros, más o menos ajenos, para convertirse en algo esencialmente vivo, para continuarse, crecer, desarrollarse. El infierno debe estar atestado de libros que nunca vieron la luz, cuadros abandonados a su suerte, canciones que nadie cantó y un largo etcétera de cosas que no fueron. El teatro es un arte que nace albergado en la naturaleza del grupo. Sólo cuando una serie de personas se compromete con un texto, un director, sus compañeros y una búsqueda, se logra la extraña conjunción de estrellas que guiará al barco hacia el estreno. Muchos son los proyectos que naufragan porque no sólo de entusiasmo vive el hombre, mucho menos el arte. Pero si se sobrevive a temporales y tormentas durante los meses suficientes... se llega al día E.

Nosotras tuvimos el nuestro. Nos acompañó la lluvia omnipresente y ese puñado de incondicionales que todo proyecto necesita. Una vez más, gracias a todos.

Algo en mi formación y en mi modo de abordar el teatro como si de un campo minado de preguntas sin respuestas se tratara, hace que el momento de mostrar, abrir puertas, recibir al otro, resulte particularmente incómodo. Por supuesto que siempre se les espera, no obstante, en ocasiones pareciera que el camino recorrido no alcanza a explicarse del todo. Es lo más parecido a volver de un gran viaje y no tener más que unas patéticas fotos para hablar de la grandeza de los paisajes conocidos.

Nada en el arte es sencillo y está bien que así sea. Poner punto y final, punto y seguido, puntos suspensivos... Siempre es cuestión de uno. Lo más interesante del encuentro con los otros es lo mucho que podemos aprender sobre nosotros. Está claro que uno elige a sus jueces y a sus críticos. No todo gustará, no todo nos convence, pero hay que ser humildes. Muy humildes. Porque algo de toda esa confusión, de ese discurso a veces afilado, acaso tímido, con suerte generoso, inteligente, es todo lo que hay, lo que nos queda, lo que habrá de mostrarnos el camino para seguir andando un poco más.

El aplauso está bien pero es sólo ceniza. Con todo lo demás, haremos mundos.



M . Trigo.
Foto: G. Samà

De la poesía en escena y otras raras costumbres

Una de las grandes inquietudes de mi búsqueda en lo teatral, pasa por abordar textos que no se escribieron para ser llevados a escena. ¿Cualquier texto se sostiene en un escenario? ¿Puede un actor llenar con precisión y verdad cualquier parlamento? Una y otra vez vuelven esas preguntas. A veces funciona y pareciera que ese fuera el camino, otras, nos damos cuenta de que no es posible, de que las palabras no se dejan atrapar fácilmente. Ese es el momento en el que una frase, una palabra, se convierte en una escándalosa pompa de jabón que vemos salir de la boca de los actores. Sucede cuando las palabras no son suyas, cuando se recitan, se desconocen. Ahí están... Pompas de jabón. Algunos escenarios se convertirían en algo bien resbaladizo si esas pompas tan ciertas explotaran.

Esta obra no nació como tal. Los textos se fueron sumando casi sin querer y aprendieron a dialogar entre ellos hasta ordenarse de un modo tan concreto que encerraba un mundo. Había poemas, ideas para canciones, imágenes concretas que siempre vuelven: la lluvia, el universo femenino, el raro fenómeno del tiempo... Y por primera vez un imaginario muy potente en relación con el nacimiento y la muerte. Se fue armando una historia tan mentirosa como fragmentaria. Una historia que se empeñaba en contradecirse, que huía de la lógica argumental para caer en brazos de la poesía. Grandes peligros.

Encontrar a las actrices que lo hicieran posible fue una decisión y una suerte. Ellas fueron las responsables de justificar el imaginario del texto y gracias a una intensa búsqueda de acciones tan genuinas como personales, los sentidos - del texto, por un lado, y los nuestros, por el otro - se abrieron y multiplicaron. Una vez más, el milagro del pan y los peces, de la lluvia y las flores. Supongo que son esos tiempos tan enriquecedores del proceso creativo los que nos compensan, los que nos tientan para regresar cada vez que juramos que ésta será la última obra.

A pocos días del estreno sé que muchos de los objetivos están logrados. Este capricho poético llevado a escena consigue contar una historia, un relato que se confunde y se deshace como si la lluvia misma lo borrara. Y las actrices habitan este cuadro, con sus dudas y deseos, supersticiones y hechizos, con cada pequeño gesto tan pulido.

Esperamos que sean los sentidos y las sensaciones los que entren en juego, lo que se active en cada pequeño grupo que nos visite, que se lleven los olores, las imágenes, los tarareos, las miradas y que, de a poco, vayan recordando y se sientan cómplices, testigos.


M. Trigo.

En estos días

estamos disfrutando ya del lujo de la visita, ese encuentro tan deseado y temido con vos que sos el público. Nos acompañan, escuchan, comentan, soportan y sustentan personas muy queridas, amigos de amigos con ganas de saber, de ver, de vernos... A todos ellos gracias nuevamente.

Nos quedan pocos días para salir al aire. Estamos de retoques.



martes 13 julio, Bs. As.

Isabel viendo llover en Macondo

Exquisito cuento de Gabriel García Márquez que apareció en el subconsciente de la escritura hasta convertirse en protagonista de la alteración de los sentidos y del tiempo.

Podéis leerlo entero acá.

http://sololiteratura.com/ggm/marquezisabel.htm

... el sometimiento al principio de realidad...

(...) Ante una circunstancia nueva, el hombre experimentado, que almacena en su memoria ejemplos y contraejemplos de hechos pasados, practica el arte de subsumir esa novedad que se le presenta dentro del esquema de lo ya vivido y experimentado con el fin de repetir el éxito o evitar el fracaso de una acción anterior. Y así la realidad, una vez rebajadas las expectativas excesivas, suele confirmar las que nos restan, más moderadas y "realistas", y el mundo empieza a ser un lugar más o menos previsible, parcialmente gobernable, pasablemente soportable.

De manera que, por un lado, el sometimiento al principio de realidad produce un inevitable desencantamiento del mundo y la expatriación fuera de sus fronteras de esa abigarrada mitología de hadas, duendes, enanos, monstruos y otros pobladores de la conciencia infantil. En la edad madura, al ir juntando experiencias a lo largo de los años, el abanico de las posibilidades efectivas para el hombre se va plegando, las que con propiedad merecen llamarse nuevas disminuyen y más intensa es la sensación de vivir sin sorpresa y por relación a lo ya vivido. Al envejecer, prende en él un cierto taedium vitae, el sentimiento de repetición de lo-mismo acaba siendo dominante, todo futuro es ya pasado y solo le espera el siempre-igual de la muerte. Entonces, abrumado por su exceso de experiencia, descreído, desengañado, nuestro hombre exclama: "Verdaderamente, la vida podría ser de otro modo".

Pero, por otro lado, la vida, tal como efectivamente es, posee también efectos balsámicos, tranquilizadores, sobre ese mismo hombre, como le ocurre a quien despierta de una pesadilla y la vida diurna exorciza demonios que torturaban sus sueños. Es verdad: la vida es completamente siniestra para algunos y para todos en algunos momentos. Pero a la vez la experiencia conjura hipotéticos peligros que sabemos imposibles, o posibles pero raros o no tan raros pero evitables siguiendo reglas susceptibles de aprendizaje. El angustiado niño aprende que sus padres están siempre esperándolo a la salida del colegio; los padres, que la realidad -cuya cruenta naturaleza han experimentado cumplidamente- es, hasta cierto punto, digna de confianza.

Algunos terrores infantiles permanecen largo tiempo en la conciencia adulta amedrentándola. La finitud del mundo es trágica, pero también consoladora. Sin duda, la realidad podría ser de otro modo, pero, tal como es, merece, querido lector, que te arriesgues a vivirla a fondo. Vivere aude!

Nota completa en:
http://www.elpais.com/articulo/portada/Terrores/infantiles/elpepuculbab/20100703elpbabpor_22/Tes

La lluvia y otras cigüeñas

comenzó su andadura de investigación creativa en enero de 2010 y se estrenará en Buenos Aires en julio del mismo año en Huella Teatro. Uno de los principales objetivos del trabajo ha sido el traslado de la poesía y lo literario a escena. Cómo llegar desde lo plástico y formal a llenar el sentido de un texto mayormente lírico y narrativo que debía poseer la suficiente teatralidad para sostenerse en el escenario.

La propuesta ahonda en un universo femenino donde la lluvia, la maternidad y la muerte se dan la mano en una peculiar unión de sentido. Hay lugar para la leyenda, para lo que otros cuentan, para lo que se dice por costumbre, pero también hay un intento constante de olvidar, de vivir sólo el ahora, de imaginar un tiempo y un lugar donde todo pueda ser de otra manera.

La obra: Llovió. Hay cinco mujeres. Podrían ser más. O menos. A veces cantan. Llueve. Alguien vendrá de lejos con preguntas para entender lo que pasó entonces. Lloverá. No se cansan de contar su historia aunque no sirva porque es del todo imposible que lo entiendan los que nunca estuvieron, los que vienen de paso.

Algunas inquietudes de la dirección: Hay una gran necesidad de buscar más allá del realismo escénico y de (re)encontrarnos en la poesía y en todo lo simbólico que el teatro ampara. Quisiéramos que el público escuche una historia antigua, un poema perdido, una melodía popular que acaso ya escucharon. Queremos rescatarnos de la abulia y la anécdota.

Queremos conocerte a vos, que quizá nada tengas que ver con el teatro, o sí, y saber cómo viviste nuestro encuentro.

Marosa entre nosotras

Llovía; pasaban las nubes de guerra, negras y blancas, rugían. (…) Hasta que del cielo, desde un papel de plata, empezaron a caer cosas increíbles, tacitas, las más finas, cucharillas, racimos de uva, y algunas almas, en verde pálido y en salmón, con una estrella en el centro; nos dio miedo y felicidad, y corrimos a abrir las puertas, pero, enseguida, las cerramos, porque nos dio miedo, y volvimos a las ventanas, y todo se terminaba, y sólo las almas duraron algo más, hasta que se alejaron volando, brillantes y tristísimas.

****


La lluvia cambió todo. La uva está rota; se ha vuelto un río de leche, de miel; cerca de ella giran mariposas raras, llenas de vello, casi vacunas. (…)
Las nubes aún ciñen todo, dejan caer plumas, abanicos, alguna corona, un sapo de grueso anacarado, que ladra en el jardín rítmicamente. Los niños escuchan con asombro.

****

Al pasar me pareció que el árbol me llamaba, quería decirme algo. Me detuve; miré el tronco, largo, gris, un poco entreabierto arriba. Allí tenía metido un hongo, enorme, con un ala; parecía un animal o un sobrero, parecía una gallina. Eso era lo que quería avisarme el árbol(…): había echado hijos. En cualquier parte tenía numerosos muchachitos, huevos. (…) El árbol me hablaba, me hablaba, sin hablar, que era su manera de hablar.

****

Las tardes de la casa cuando ninguna hablaba y parecía que sí. (…) Y las sombras altísimas, misteriosas, que se desprendían de la pared, andaban como personas, y al día siguiente volvían a aparecer ante mis miradas aterradas. (…) Ésta es la historia que no tendrá fin.

****

Las muchachas de aquel tiempo daban a luz muchos hijos, que quedaban abandonados en la hierba, y no siempre, eran criaturas humanas, sino perros, insectos y demás.
Las muchachas eran muy hermosas, pero, algunas eran feas, mas, igual, prolíficas.
Todas las criaturas quedaban abandonadas en la hierba, gemían durante mucho tiempo y morían.

****

En la habitación oscura, sin abrir la puerta, alguien entró, y comenzó a peinarme. (…) Me peinaba hebra por hebra, a todo lo largo, y hacía cerquillos, bucles, rizos, y nuevamente a todo lo largo. (…) Hasta que el pelo quedó tendido y lacio, y su punta tocaba el suelo y seguía como un río. Y quien me peinó desapareció en la oscuridad –sin abrir la puerta- así como había venido.

****

Llueve.
En las tinas se están elaborando sapos y más plantas.
Oímos el borboteo.
Te miro y miro la sucesión de los milagros.
Aunque ya es noche cerrada, todo se sigue viendo.

****

Happening

Ante la imposibilidad de definir un happening, conviene establecer una serie de características que permitan llegar a comprender cuál es su esencia. En primer lugar, no se trata de una representación, sino de una “vivencia”, en la que se resalta la relación constante y dialéctica entre el arte y la vida. No tienen comienzo, medio ni fin estructurado. Su forma es abierta y fluida. Con ellos no se persigue nada concreto. Sólo se producen una vez y luego desaparecen para siempre. Son la más pura expresión del arte efímero.

Una modalidad específica dentro del happening la constituyeron las acciones efectuadas por el grupo Fluxus, impulsado por el norteamericano George Maciunas. Las acciones fluxus tenían, a diferencia de los happenings puros, una estructura previa sólida, de modo que el carácter imprevisible inherente a la improvisación se apartaba bastante de sus metas. El propio concepto Fluxus deriva de la raíz latina que alude a fluir. Justamente se trataba de dejar fluir las acciones durante un tiempo determinado.

Fluxus es un movimiento sin normas ni directrices, un estado del espíritu, una nueva forma de arte, es elevar las cosas sencillas de nuestra vida a la categoría de obra de arte. En Fluxus todo vale, sin embargo nada es imprescindible.

En el happening intervenían, además, tres medios expresivos: el plástico-visual, el musical (sonidos y ruidos) y el teatral (monólogos y diálogos), aunque a veces incorporaban olores. A pesar de que hacían uso de situaciones espontáneas, no se trataba de meras improvisaciones; el artista-creador preparaba un guión en el que se indicaban el escenario y las acciones, aunque dejaba los detalles a la libre elección de los actores-espectadores.

El proceso tiene tanto interés, si no más, que el resultado.

***

Lo que haremos tendrá que ver con todo esto, pero no será exactamente un happening.

Marosa di Giorgio

A veces, en el trecho de huerta...

A veces, en el trecho de huerta que va desde el hogar
a la alcoba, se me aparecían los ángeles.
Alguno, quedaba allí de pie, en el aire, como un gallo
blanco -oh, su alarido-, como una llamarada de azucenas
blancas como la nieve o color rosa.
A veces, por los senderos de la huerta, algún ángel me
seguía casi rozándome; su sonrisa y su traje, cotidianos;
se parecía a algún pariente, a algún vecino (pero, aquel
plumaje gris, siniestro, cayéndole por la espalda
hasta los suelos...). Otros eran como mariposas negras
pintadas a la lámpara, a los techos, hasta que un día
se daban vuelta y les ardía el envés del ala, el pelo,
un número increíble.
Otros eran diminutos como moscas y violetas e iban
todo el día de aquí para allá y ésos no nos infundían miedo,
hasta les dejábamos un vasito de miel en el altar.


Anoche, volvió, otra vez...

Anoche, volvió, otra vez, La Sombra; aunque ya habían pasado
cien años, bien la reconocimos. Pasó el jardín violetas,
el dormitorio, la cocina; rodeó las dulceras, los platos blancos
como huesos, las dulceras con olor a rosa.
Tomó al dormitorio, interrumpió el amor, los abrazos; los que
que estaban despiertos, quedaron con los ojos fijos; soñaban,
igual la vieron.
El espejo donde se miró o no se miró, cayó trizado. Parecía
que quería matar a alguno. Pero, salió al jardín. Giraba, cavaba,
en el mismo sitio, como si debajo estuviese enterrado un muerto.
La pobre vaca, que pastaba cerca de la violetas, se enloqueció,
gemía como una mujer o como un lobo. Pero, La Sombra se fue volando,
se fue hacia el sur. Volverá dentro de un siglo.


Árbol de magnolias...

Árbol de magnolias,
te conocí el día primero de mi infancia,
a lo lejos te confundes con la abuela, de cerca, eres el aparador
de donde ella sacaba el almíbar y las tazas.
De ti bajaron los ladrones;
Melchor, Gaspar y Baltasar;
de ti bajaban los pastores y los gatos;
los pastores, enamorados como gatos,
los gatos, serios como hombres, con sus bigotes y sus ojos de enamorados
Esclava negra sosteniendo criaturitas, inmóviles, nacaradas.
Virgen María de velo negro,
de velo blanco, allá en el patio.
Eres la abuela, eres mamá, eres Marosa, todo eres, con tu
eterna
juventud, tu vejez eterna,
niña de Comunión, niña de novia,
niña de muerte.
De ti sacaban las estrellas como tazas,
las tazas como estrellas.
Estuvo oculto en tus ramos el Libro del Destino.
Te has quedado lejos, te has ido lejos.
Pero, voy retrocediendo hacia ti,
voy avanzando hacia ti.
Te veré en el cielo.
No puede ser la eternidad sin ti.


Bajó una mariposa...

Bajó una mariposa a un lugar oscuro; al parecer, de
hermosos colores; no se distinguía bien. La niña más chica
creyó que era una muñeca rarísima y la pidió; los otros
niños dijeron: -Bajo las alas hay un hombre.
Yo dije: -Sí, su cuerpo parece un hombrecito.
Pero, ellos aclararon que era un hombre de tamaño natural.
Me arrodillé y vi. Era verdad lo que decían los niños. ¿Cómo
cabía un hombre de tamaño normal bajo las alitas?
Llamamos a un vecino. Trajo una pinza. Sacó las alas. Y un
hombre alto se irguió y se marchó.
Y esto que parece casi increíble, luego fue pintado
prodigiosamente en una caja.


De súbito, estalló la guerra

De súbito, estalló la guerra. Se abrió como una bomba de azúcar
arriba de las calas. Primero, creíamos que era juego;
después, vimos que la cosa era siniestra. El aire quedó
ligeramente envenenado. Se desprendían los murciélagos
desde sus escondites, sus cuevas ocultas caían a los platos,
como rosas, como ratones que volvieran del infinito,
todavía, con las alas.
Por protegerlos de algún modo, enumerábamos los seres y las cosas:
"Las lechugas, los reptiles comestibles, las tacitas...".
Pero, ya los arados se habían vuelto aviones; cada uno, tenía
calavera y tenía alas, y ronroneaba cerca de las nubes, al alcance
de la manos pasaron los batallones al galope, al paso. Se prolongó
la aurora quieta, y al mediodía, el sol se partió; uno fue hacia el este,
el otro hacia el oeste. Como si el abuelo y la abuela se divorciaran.
De esto ya hace mucho, aquella vez, cuando estalló la guerra,
arriba de las calas.


Ellos tenían siempre la cosecha más roja

Ellos tenían siempre la cosecha más roja, la uva centelleante.
A veces, al mediodía, cuando el sol embriaga -si no, nunca
nos atreviéramos-, mi madre y yo, tomadas de la mano,
íbamos por los senderos de la huerta, hasta pasar la línea
casi invisible, hasta la vid de los monjes. La uva erguía
bien alto su farol de granos; cada grano era como un rubí
sin facetas con una centella dentro. Ellos estaban aquí y allá
con las sayas negras o rojas, y parecían escudriñar diminutas
estampillas, grandes láminas, o meditar profundamente sobre
el Santo de esos lugares. A nuestro rumor alguno dirigía
hasta nosotras la mirada como una flecha de oro o de plata.
Y nosotras huíamos sin volvernos, temblando bajo
el inmenso sol.


Había nacido con zapatos

Había nacido con zapatos. Rojos, finos, de taco alto,
que fueron la desesperación de todos los que vivimos juntos
en aquel tiempo.
Y en la cara tenía varias dentaduras, y lentes celestes como
el fuego.
Al pasar, por la tarde, parecía el ángel de la devoración con
pie punzó.
Mas, en realidad, amó la luz solar. Comía guindas, llevándose
una a cada boca.
Y sentía temor y amor hacia el Maestro Tigre que llegaba
en la noche a buscar doncellas.
Y nunca la eligió.


La naturaleza de los sueños

Al alba bebía la leche, minuciosamente, bajo la mirada vigilante de mi madre; pero, luego, ella apartaba un poco, volvía a hilar la miel, a bordar a bordar, y yo huía hacia la inmensa pradera, verde y gris.
A lo lejos, pasaban las gacelas con sus caras de flor; parecían lirios con pies, algodoneros con alas. Pero, yo sólo miraba a las piedras, a los altos ídolos, que miraban a arriba, a un destino aciago.
Y, qué podía hacer; tenderme allí, que mi madre no viese, que me pasara, otra vez, aquello horrible y raro.


Los hongos nacen en silencio

Los hongos nacen en silencio; algunos nacen en silencio;
otros, con un breve alarido, un leve trueno. Unos son
blancos, otros rosados, ése es gris y parece una paloma,
la estatua de una paloma; otros son dorados o morados.
Cada uno trae -yeso es lo terrible-- la inicial del muerto
de donde procede. Yo no me atrevo a devorarlos; esa carne
levísima es pariente nuestra.
Pero, aparece en la tarde el comprador de hongos y
empieza la siega. Mi madre da permiso. El elige como un
águila. Ese blanco como el azúcar, uno rosado, uno gris.
Mamá no se da cuenta de que vende a su raza.


Los leones rondaban la casa

Los leones rondaban la casa.
Los leones siempre rondaron.
Siempre se dijo que los leones rondaron siempre.
Parecían salir de los paraísos y el rosal.
Los leones eran sucios y dorados.
Ellos eran muy bellos.
Los ojos como perlas. Y un broche brillante en el pecho
entre aquel pelo áureo.
Los leones entraron a la casa.
Corrimos a esconder los floreros de sal, de azúcar, el cometa
Halley, las queridísimas sábanas nevadas, la
colección
estampillas. Y a traer los sudarios.
Los leones eran al mismo tiempo, presentes e invisibles, al
mismo tiempo, visibles e invisibles.
Se oía el rumor de la leche que robaban, el clamor de la miel
y la carne que cortaban.
Llevaron hacia afuera a la abuela oscura, la que tenía una
guía de rositas alrededor del corazón.
Y la comieron fríamente. Como en un simulacro.
Y -como si hubiese sido un simulacro!- ella tornó a la
casa y dijo: -Los leones rondaron siempre. Están delante
de los paraísos y el rosal. Dijo: -Los leones están acá.


Mi alma es un vampiro

Mi alma es un vampiro grueso, granate, aterciopelado. Se
alimenta de muchas especies y de sólo una. Las busca en la
noche, la encuentra, y se la bebe, gota a gota, rubí por rubí.
Mi alma tiene miedo y tiene audacia. Es una muñeca grande,
con rizos, vestido celeste.
Un picaflor le trabaja el sexo.
Ella brama y llora.
Y el pájaro no se detiene.

Poema X

Este melón es una rosa,
este perfuma como una rosa,
adentro debe tener un ángel
con el corazón y la cintura siempre en llamas.
Este es un santo,
vuelve de oro y de perfume
todo lo que toca;
posee todas las virtudes, ningún defecto,
Yo le rezo,
después lo voy a festejar en un poema.
ahora, sólo digo lo que él es:
un relámpago,
un perfume,
el hijo varón de las rosas.

Los poemas pertenecen a los libros Historial de las violetas (1965), Los papeles salvajes (1971), La liebre de marzo (1981), Mesa de esmeralda (1985), Los papeles salvajes II (2002).

*Marosa di Giorgio (Uruguay, 1932-2004). Desde 1978 se radicó en Montevideo donde inició su carrera poética en 1954 con su obra Poemas. Su ascendencia italiana y vasca la convirtió en una poeta singular, cuya obra respondió siempre a las exigencias de su mundo interior, donde la naturaleza, la magia, la mitología y el misterio, se conviertieron en importantes protagonistas. El conjunto de su obra, reunida en Los papeles salvajes, se amplió con dos volúmenes que incluyeron La liebre de marzo, Mesa de esmeralda, La falena, Membrillo de Lusana y Diamelas de Clementina Médici. Sus poemas y relatos fueron traducidos al inglés, francés, portugués e italiano. Recibió importantes distinciones entre las que se destacan la Beca Fullbright y el Primer Premio del Festival Internacional de Poesía de Medellín en 2001.

El espíritu de la colmena. Víctor Erice. 1973.







aventura para cruzar el Maldonado (P)

Sigue cayendo el agua, todos lamentan
Me gusta que pensemos que algo tuvimos que ver. También hablamos de un arroyo.
Mi odisea de esta noche implicó a la lluvia y al arroyo Maldonado.
Busqué. Me encontré con una mujer y una leyenda...


El Arroyo Maldonado es un arroyo(...) que sigue la mayor parte de su curso bajo la Av. Juan B. Justo y recorre 10 de los 48 barrios de la ciudad.
Fue uno de los límites naturales de la ciudad, antes que los barrios de Belgrano y Flores fueran incorporados en 1887. Su nombre deriva de la leyenda de La Maldonado, una mujer que vino desde España, junto a Pedro de Mendoza en 1536, y fue abandonada en las márgenes de este arroyo. Según la leyenda esta mujer a causa de la hambruna que padecía la ciudad de Buenos Aires sitiada entonces por los "querandíes" huyó al campo y en una gruta de las barrancas ayudó a unapuma a tener cría; luego para comer se unió con los "indios" tras esto fue capturada por los españoles quienes como castigo la ataron a un árbol en las orillas del arroyo en donde entonces merodeaban los yaguares (llamados por los españoles: "tigres") sin embargo cuando los españoles retornaron a buscar el cadáver de la mujer la encontraron viva cuidada por los pumas.


No sabemos si es verdad. Pero no deja de ser curioso...

Trajimos la lluvia

Pareciera que sí, que con nuestro trabajo convocamos algo más que el deseo de la lluvia. Nos ha acompañado y nos ronda, como amenaza leve en las alturas.

En tan sólo unos días hay un modo de estar, ciertas maneras, una lógica extraña que hacer propia, muchas nuevas imágenes y canciones y ropas... Y agua por todos lados.

Que sigan los hechizos.

Nos seguimos buscando.

(segunda semana de febrero, 2010).

Esta canción de cuna me encanta...

Lo que importa


es el camino,
es decir,
el proceso,
el viaje,
cada foto
en la memoria
del paisaje.

Lo que importa
son las ganas
de seguir,
de volver
a empezarse,
como siempre,
pese a casi todo.

A eso vamos.



érase que se era


la primera primavera

Nana

Panaderas III

Panaderas II

A practicar



Ritmo de las panaderas.

La que me inquieta...la que no me deja dormir

Marosa


Misal de la virgen

-Usted nunca tuvo hijos.
-No. Aunque, un día, cuando era chica, surgieron de mí, de mi pelvis, tres
lagartos. En cartílago grueso y anillado. Tres.
-Eh.
-Sí. Iban por la hierba. Al parecer tenían ojos, pero no pude saberlo. Se
hundieron en el piso.
-Oh.
-Pero antes oí un alarido, como si dijesen: ¡Mamá! ¡Ay, madre! ¡Ay!
-Oh.
-No volvieron nunca. En el momento de la parición, salían de mis pechos (del
izquierdo y del derecho), una gotita de sangre y una gotita de leche.
-...!
Y ella quedó impasible. Y aunque era completamente blanca, pareció lo que
siempre había parecido:
Una princesa india, abajo de su anacahuita.

 
De "Obra completa " 2005








Yendo por aquel campo, aparecían, de pronto...

Yendo por aquel campo, aparecían, de pronto, esas extrañas
cosas. Las llamaban por allí, virtudes o espíritus. Pero, en
verdad eran la producción de seres tristes, casi inmóviles, que nunca se salían de su lugar.
Estancias al parecer, del otro mundo, y casi eternas,
porque el viento y la lluvia las lavaban y abrillantaban, cada
vez más. Era de ver aquellas nieves, aquellas cremas,
aquellos hongos purísimos... Esos rocíos, esos huevos, esos espejos.
Escultura, o pintura, o escritura, nunca vista, pero, fácilmente descifrable.
Al entreleerla, venía todo el ayer, y se hacía evidente el porvenir.
Los poetas mayores están allá, donde yo digo.

De "Clavel y tenebrario" 1979



Y para escucharla:
http://www.palabravirtual.com/index.php?ir=critz.php&wid=1217&show=poemas&p=Marosa%20Di%20Giorgio